¡Qué hermoso, a modo de ilustración adicional, entra este versículo aquí! El crimen de Judas, y el de toda la nación judía con él, fue el rechazo de Cristo, el hombre verdaderamente pobre y necesitado, cuyo corazón estaba quebrantado por la carga de los pecados de su pueblo y la reprensión de su Padre. Judas vio su agonía; y fue admitido en su conocido conocido: vio al manso Cordero de Dios, y sin embargo lo traicionó.

¡Oh! ¡A gracia cuánto está en deuda el pueblo de Dios, por estar guardado del pecado imperdonable, cuando en los días de su irregeneración están menospreciando todos los sufrimientos del Hijo de Dios! Psa_69: 20; Psa_55: 12-15.

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