Estos versículos parecen no tener una conexión inmediata con lo que sucedió antes; sin embargo, llegan con una conclusión bendita, para asegurar la fidelidad de Jehová. Aunque los malos triunfen y los fieles sean minados, Jesús es el mismo, ayer, y hoy, y por los siglos. Él guardará los pies de sus santos, y los impíos callarán en las tinieblas, porque con la fuerza nadie prevalecerá. 1 Samuel 2:9 .

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