REFLEXIONES

¡LECTOR! puede, y será muy provechoso para su corazón y el mío, bajo la enseñanza del Espíritu Santo, tener en cuenta la conciencia de la presencia divina, dondequiera que estemos, o como quiera que estemos ocupados. Si este gran artículo de la fe cristiana se mantuviera adecuadamente vivo en la mente, por medio de la gracia, tendería a frenar muchos pensamientos impropios, que ahora, por la falta de recogimiento y la corrupción interna, brotan.

¡Pero lector! Si este Salmo lleva su corazón, como el mío, a la contemplación de Jesús, qué bendiciones abre a nuestra vista en esta perspectiva de la humanidad de Cristo. ¡Piense en su asombrosa degradación! de su inigualable humildad! ¿Fue Jesús, en verdad, hecho de esta manera maravillosa y terrible? Fue así formado en las partes bajas de la tierra; ¿Y todos sus miembros fueron escritos antes de la tierra, o se formó la parte habitable del polvo del mundo? Los consejos de su Padre le eran queridos y preciosos, en el sentido de que estos consejos establecían la redención de su pueblo por él, y todo en él.

¡Cordero de Dios! ¿Fue esto para mí, incluso para mí? ¡Oh! qué gracia, qué amor que sobrepasa el conocimiento, había en todo esto; ¡Y cuán preciosos deben ser para mí tus pensamientos, bendito Jesús! y ¡oh! ¡Cuán grande es la suma de ellos! ¡Señor! dame ahora la gracia de vivir para ti, de regocijarme en ti y de verte incesantemente como el Señor mi justicia. Adoraría humildemente tus propias palabras: Mira, Señor, que no haya nada de maldad permitida en mí, y guíame por el camino eterno.

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