Estas son cosas muy benditas de las que se habla, tanto en lo que se refiere a Cristo como a su pueblo en él. Jesús, en su naturaleza humana, hizo uniformemente a Jehová su porción, y buscó que él mantuviera su causa y lo llevara a salvo a través de su vasta empresa. No solo consideraba su comida y su bebida hacer la voluntad de su Padre, sino que consideraba a sus redimidos como una buena herencia. ¿Y qué es para su pueblo sino el mismo? Aquellos que han elegido a Dios para su porción, encuentran que esa porción es buena y están completamente satisfechos con Jesús, porque no necesitan otra.

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