• Eclesiastés 9:11

    Entonces volví a observar debajo del sol que no es de los veloces la carrera, ni de los valientes la batalla, ni de los sabios el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los conocedores la gracia; sino que a todos les llegan el tiempo y el contratiempo.

  • Eclesiastés 9:12

    Porque el hombre tampoco conoce su tiempo. Como los peces que son atrapados en la mala red y como los pájaros que quedan presos en la trampa, así son atrapados los hijos del hombre en el tiempo malo, cuando este cae de repente sobre ellos.

  • Eclesiastés 9:13

    También he visto esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grandiosa:

  • Eclesiastés 9:14

    Había una ciudad pequeña con pocos hombres en ella, y contra ella vino un gran rey y la rodeó edificando contra ella grandes torres de asedio.

  • Eclesiastés 9:15

    Y se encontraba en ella un hombre pobre, pero sabio, el cual con su sabiduría libró a la ciudad. Pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre.

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