• Génesis 27:1

    Aconteció que cuando Isaac había envejecido, sus ojos se debilitaron, y no podía ver. Entonces llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: — Hijo mío. Él respondió: — Heme aquí.

  • Génesis 27:2

    Le dijo: — He aquí, yo ya soy viejo y no sé el día de mi muerte.

  • Génesis 27:3

    Toma, pues, ahora tu equipo, tu aljaba y tu arco, y ve al campo a cazar algo para mí.

  • Génesis 27:4

    Luego hazme un potaje como a mí me gusta. Tráemelo para que coma, y yo te bendiga antes que muera.

Continúa después de la publicidad