• Habacuc 2:4

    He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá.

  • Habacuc 2:5

    Y aunque el traidor se enriquezca, no prosperará el hombre arrogante. Ensanchará su garganta como el Seol; será como la muerte y no se saciará. Reúne hacia él todas las naciones; congrega hacia él todos los pueblos.

Continúa después de la publicidad