• Hechos 20:9

    Y a cierto joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, le iba dominando un profundo sueño. Como Pablo seguía hablando por mucho tiempo, el joven, ya vencido por el sueño, cayó del tercer piso abajo y fue levantado muerto.

  • Hechos 20:10

    Entonces Pablo descendió y se echó sobre él, y al abrazarlo dijo: “¡No se alarmen, porque su vida está en él!”.

  • Hechos 20:11

    Después de subir, de partir el pan y de comer, habló largamente hasta el alba; y de esta manera salió.

  • Hechos 20:12

    Ellos llevaron al joven vivo y fueron grandemente consolados.

  • Hechos 20:13

    Habiendo ido nosotros al barco con anticipación, navegamos hasta Asón para recibir a Pablo allí, pues así lo había dispuesto, debiendo ir él por tierra.

  • Hechos 20:14

    Cuando se reunió con nosotros en Asón, le tomamos a bordo y fuimos a Mitilene.

  • Hechos 20:15

    Navegamos de allí al día siguiente y llegamos frente a Quío. Al otro día, atracamos en Samos, y llegamos a Mileto al próximo día,

  • Hechos 20:16

    pues Pablo había decidido pasar de largo a Éfeso para no detenerse en Asia; porque, de serle posible, se apresuraba para pasar el día de Pentecostés en Jerusalén.

  • Hechos 20:17

    Desde Mileto, Pablo envió a Éfeso e hizo llamar a los ancianos de la iglesia.

  • Hechos 20:18

    Cuando ellos llegaron a él, les dijo: “Ustedes saben bien cómo me he comportado con ustedes todo el tiempo, desde el primer día que llegué a Asia,

  • Hechos 20:19

    sirviendo al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas y pruebas que me vinieron por las asechanzas de los judíos.

  • Hechos 20:20

    Y saben que no he rehuido el anunciarles nada que les fuera útil, y el enseñarles públicamente y de casa en casa,

  • Hechos 20:21

    testificando a los judíos y a los griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesús.

  • Hechos 20:22

    “Ahora, he aquí yo voy a Jerusalén con el espíritu encadenado, sin saber lo que me acontecerá allí;

  • Hechos 20:23

    salvo que el Espíritu Santo me da testimonio en una ciudad tras otra, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.

  • Hechos 20:24

    Sin embargo, no estimo que mi vida sea de ningún valor ni preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

  • Hechos 20:25

    “Ahora, he aquí yo sé que ninguno de todos ustedes, entre los cuales he pasado predicando el reino, volverá a ver mi cara.

  • Hechos 20:26

    Por tanto, yo declaro ante ustedes en el día de hoy que soy limpio de la sangre de todos,

  • Hechos 20:27

    porque no he rehuido el anunciarles todo el consejo de Dios.

  • Hechos 20:28

    Tengan cuidado por ustedes mismos y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo les ha puesto como obispos, para pastorear la iglesia del Señor, la cual adquirió para sí mediante su propia sangre.

  • Hechos 20:29

    Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos rapaces que no perdonarán la vida al rebaño;

  • Hechos 20:30

    y que de entre ustedes mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas para descarriar a los discípulos tras ellos.

  • Hechos 20:31

    Por tanto, velen, acordándose que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar con lágrimas a cada uno.

  • Hechos 20:32

    “Y ahora, hermanos, les encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, a aquel que tiene poder para edificar y para dar herencia entre todos los santificados.

  • Hechos 20:33

    “No he codiciado ni la plata ni el oro ni el vestido de nadie.

  • Hechos 20:34

    Ustedes saben que estas manos proveyeron para mis necesidades y para aquellos que estaban conmigo.

  • Hechos 20:35

    En todo les he demostrado que trabajando así es necesario apoyar a los débiles, y tener presente las palabras del Señor Jesús, que dijo: ‘Más bienaventurado es dar que recibir’ ”.

  • Hechos 20:36

    Cuando había dicho estas cosas, se puso de rodillas y oró con todos ellos.

  • Hechos 20:37

    Entonces hubo gran llanto de todos. Se echaron sobre el cuello de Pablo y le besaban,

  • Hechos 20:38

    lamentando sobre todo por la palabra que había dicho que ya no volverían a ver su cara. Y le acompañaron al barco.

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