• Hechos 25:16

    A ellos les respondí que no es costumbre de los romanos entregar a ningún hombre antes que el acusado tenga presentes a sus acusadores y tenga oportunidad de hacer su defensa contra la acusación.

  • Hechos 25:17

    Así que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna demora, al día siguiente, me senté en el tribunal y mandé traer al hombre.

  • Hechos 25:18

    Pero cuando se presentaron los acusadores, no trajeron ninguna acusación con respecto a él, de los crímenes que yo sospechaba.

  • Hechos 25:19

    Solamente tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su propia religión y de un cierto Jesús, ya fallecido, de quien Pablo afirmaba que está vivo.

  • Hechos 25:20

    Yo, vacilante con semejante caso, le preguntaba si quería ir a Jerusalén y ser juzgado por estas cosas allí.

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