• Juan 18:2

    También Judas, el que lo entregaba, conocía aquel lugar porque Jesús solía reunirse allí con sus discípulos.

  • Juan 18:3

    Entonces Judas, tomando una compañía de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con antorchas, lámparas y armas.

  • Juan 18:4

    Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de acontecer, se adelantó y les dijo: — ¿A quién buscan?

  • Juan 18:5

    Le contestaron: — A Jesús de Nazaret. Les dijo Jesús: — Yo Soy. Estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba.

  • Juan 18:6

    Cuando les dijo, “Yo Soy”, volvieron atrás y cayeron a tierra.

  • Juan 18:7

    Les preguntó, pues, de nuevo: — ¿A quién buscan? Ellos dijeron: — A Jesús de Nazaret.

  • Juan 18:8

    Jesús respondió: — Les dije que Yo Soy. Pues si a mí me buscan, dejen ir a estos.

  • Juan 18:9

    Esto hizo para que se cumpliera la palabra que él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.

  • Juan 18:10

    Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.

  • Juan 18:11

    Entonces Jesús dijo a Pedro: — Mete tu espada en la vaina. ¿No he de beber la copa que el Padre me ha dado?

  • Juan 18:12

    Entonces la compañía de soldados, el comandante y los guardias de los judíos prendieron a Jesús y lo ataron.

  • Juan 18:13

    Luego lo llevaron primero ante Anás porque era el suegro de Caifás, el sumo sacerdote de aquel año.

  • Juan 18:14

    Caifás era el que había dado consejo a los judíos de que convenía que un hombre muriera por el pueblo.

  • Juan 18:15

    Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote

  • Juan 18:16

    pero Pedro se quedó fuera, a la puerta. Y salió el otro discípulo que era conocido del sumo sacerdote, habló a la portera y llevó a Pedro adentro.

  • Juan 18:17

    Entonces la criada portera dijo a Pedro: — ¿Tú no serás también de los discípulos de ese hombre? Él dijo: — No lo soy.

  • Juan 18:18

    Y los siervos y los guardias estaban de pie pues habían encendido unas brasas, porque hacía frío y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.

  • Juan 18:19

    El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.

  • Juan 18:20

    Jesús le respondió: — Yo he hablado abiertamente al mundo. Siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos. Nada he hablado en secreto.

  • Juan 18:21

    ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntales a los que han oído lo que yo les he hablado. He aquí, ellos saben lo que yo dije.

  • Juan 18:22

    Cuando dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a Jesús diciéndole: — ¿Así respondes al sumo sacerdote?

  • Juan 18:23

    Jesús le contestó: — Si he hablado mal, da testimonio del mal; pero si bien, ¿por qué me golpeas?

  • Juan 18:24

    Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

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