- 
                
                
Me cubrieron las aguas por encima de la cabeza; yo dije: ‘¡He sido eliminado!’. 
             
                    - 
                
                
“Invoqué tu nombre, oh SEÑOR, desde la profunda cisterna.
             
                    - 
                
                
Mi voz has oído: ‘¡No escondas tu oído cuando clamo por alivio!’.
             
                    - 
                
                
Tú te has acercado el día en que te invoqué, y dijiste: ‘¡No temas!’. 
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad