• Lucas 2:25

    He aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre era justo y piadoso; esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él.

  • Lucas 2:26

    A él le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Cristo del Señor.

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