• Lucas 8:49

    Mientras él aún hablaba, vino uno de la casa del principal de la sinagoga para decirle: — Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.

  • Lucas 8:50

    Al oír esto, Jesús le respondió: — No temas; solo cree, y ella será salva.

  • Lucas 8:51

    Cuando llegó a la casa, no dejó entrar consigo a nadie sino solo a Pedro, a Juan, a Jacobo, y al padre y a la madre de la niña.

  • Lucas 8:52

    Todos lloraban y lamentaban por ella. Pero él dijo: — No lloren. Ella no ha muerto sino que duerme.

  • Lucas 8:53

    Ellos se burlaban de él, sabiendo que ella había muerto.

  • Lucas 8:54

    Pero él la tomó de la mano y habló a gran voz diciendo: — Niña, levántate.

  • Lucas 8:55

    Entonces su espíritu volvió a ella, y al instante se levantó. Y él ordenó que le dieran de comer.

  • Lucas 8:56

    Sus padres quedaron atónitos, y él les mandó que a nadie dijeran lo que había sucedido.

Continúa después de la publicidad