• Marco 4:24

    Les dijo también: “Consideren lo que oyen: Con la medida con que miden, ustedes serán medidos y les será añadido.

  • Marco 4:25

    Porque al que tiene le será dado, y al que no tiene aun lo que tiene le será quitado”.

  • Marco 4:26

    También decía: “Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra.

  • Marco 4:27

    Él duerme de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.

  • Marco 4:28

    Porque de por sí la tierra da fruto: primero el tallito, luego las espigas y después el grano lleno en la espiga.

  • Marco 4:29

    Y cuando el fruto se ha producido, en seguida él mete la hoz porque la siega ha llegado”.

  • Marco 4:30

    También decía: “¿A qué haremos semejante el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo compararemos?

  • Marco 4:31

    Es como un grano de mostaza que, cuando es sembrado en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra.

  • Marco 4:32

    Pero una vez sembrado, crece y se convierte en la más grande de todas las hortalizas, y echa ramas muy grandes de modo que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra”.

  • Marco 4:33

    Con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra conforme a lo que podían oír.

  • Marco 4:34

    No les hablaba sin parábolas, pero en privado les explicaba todo a sus discípulos.

  • Marco 4:35

    Aquel día, al anochecer, les dijo: — Pasemos al otro lado.

  • Marco 4:36

    Y después de despedir a la multitud, lo recibieron tal como estaba, en la barca. Y había otras barcas con él.

  • Marco 4:37

    Entonces se levantó una gran tempestad de viento que arrojaba las olas a la barca de modo que la barca ya se anegaba.

  • Marco 4:38

    Y él estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal, pero lo despertaron diciendo: — ¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?

  • Marco 4:39

    Y despertándose, reprendió al viento y dijo al mar: — ¡Calla! ¡Enmudece! Y el viento cesó y se hizo grande bonanza.

  • Marco 4:40

    Y les dijo: — ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?

  • Marco 4:41

    Ellos temieron con gran temor; y se decían el uno al otro: — Entonces, ¿quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?

Continúa después de la publicidad