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No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué dará de sí el día.
             
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Que te alabe el extraño, y no tu propia boca; el ajeno y no tus propios labios.
             
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Pesada es la piedra; también la arena pesa. Pero el enojo del insensato es más pesado que ambas.
             
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Cruel es la ira e impetuoso el furor; pero, ¿quién podrá mantenerse en pie delante de los celos?
             
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Mejor es la reprensión manifiesta que el amor oculto.
             
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Fieles son las heridas que causa el que ama, pero engañosos son los besos del que aborrece.
             
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La persona saciada desprecia el panal, pero para la hambrienta todo lo amargo es dulce.
             
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Como el ave que vaga lejos de su nido, así es el hombre que vaga lejos de su lugar.
             
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El aceite y el perfume alegran el corazón; y la dulzura de un amigo más que el consejo del alma.
             
            
    
    
    
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