- 
                
                
El hombre iracundo suscita contiendas, y el furioso comete muchas transgresiones.
             
                    - 
                
                
La soberbia del hombre lo abate, pero al humilde de espíritu le sustenta la honra.
             
                    - 
                
                
El cómplice del ladrón aborrece su vida; aunque oiga las maldiciones no lo denunciará.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad