- 
                
                
Hijo mío, si diste fianza por tu prójimo y estrechaste la mano con un extraño,
             
                    - 
                
                
te has enredado con tus palabras y has quedado atrapado con los dichos de tu boca.
             
                    - 
                
                
Ahora pues, haz esto, hijo mío, para quedar libre ya que has caído en las manos de tu prójimo: Anda, humíllate, importuna a tu prójimo;
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad