• Proverbios 8:32

    “Ahora pues, hijos, óiganme: Bienaventurados los que guardan mis caminos.

  • Proverbios 8:33

    Escuchen la corrección y sean sabios; no la menosprecien.

  • Proverbios 8:34

    Bienaventurado el hombre que me escucha velando ante mis entradas cada día, guardando los postes de mis puertas.

  • Proverbios 8:35

    Porque el que me halla, halla la vida y obtiene el favor del SEÑOR.

Continúa después de la publicidad