• Rut 3:7

    Cuando Boaz había comido y bebido, y su corazón estaba contento, se retiró a dormir a un lado del montón de grano. Entonces ella fue silenciosamente, destapó un sitio a sus pies y se acostó.

  • Rut 3:8

    Y sucedió que a la medianoche Boaz se estremeció y se dio vuelta. ¡Y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies!

  • Rut 3:9

    Entonces él le preguntó: — ¿Quién eres tú? Y ella respondió: — Yo soy Rut, tu sierva. Extiende tus alas sobre tu sierva, porque tú eres pariente redentor.

  • Rut 3:10

    Él dijo: — El SEÑOR te bendiga, hija mía. Esta última acción tuya es mejor que la primera, porque no has ido tras los jóvenes, sean pobres o ricos.

  • Rut 3:11

    Ahora pues, no temas, hija mía. Yo haré por ti todo lo que tú digas, pues todos en mi ciudad saben que tú eres una mujer virtuosa.

  • Rut 3:12

    Ahora bien, aunque es cierto que yo soy pariente redentor, hay otro pariente redentor más cercano que yo.

  • Rut 3:13

    Pasa la noche y cuando sea de día, si él te redime, está bien; que te redima. Pero si él no te quiere redimir, ¡vive el SEÑOR, que yo te redimiré! Acuéstate hasta la mañana.

  • Rut 3:14

    Así durmió a sus pies hasta la mañana, pero se levantó antes que nadie pudiera distinguir a su compañero. Porque él dijo: — Que no se sepa que una mujer ha venido a la era.

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