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¡Aleluya! Bienaventurado el hombre que teme al SEÑOR y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
             
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Su descendencia será poderosa en la tierra; la generación de los rectos será bendita.
             
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Bienes y riquezas hay en su casa; su justicia permanece para siempre.
             
            
    
    
    
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