• Salmo 124:6

    Bendito sea el SEÑOR, que no nos entregó como presa a los dientes de ellos.

  • Salmo 124:7

    Nuestra alma escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. Se rompió la trampa, y nosotros escapamos.

  • Salmo 124:8

    Nuestro socorro está en el nombre del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.

Continúa después de la publicidad