• Salmo 127:3

    He aquí, heredad del SEÑOR son los hijos; recompensa es el fruto del vientre.

  • Salmo 127:4

    Como flechas en la mano del valiente, así son los hijos que se tienen en la juventud.

  • Salmo 127:5

    Bienaventurado el hombre que llena de ellos su aljaba. No se avergonzarán aunque hablen con los enemigos en el tribunal.

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