• Salmo 18:32

    Dios es el que me ciñe de vigor y hace perfecto mi camino.

  • Salmo 18:33

    Hace que mis pies sean ágiles como los del venado, y me mantiene firme sobre mis alturas.

  • Salmo 18:34

    Adiestra mis manos para la batalla; así mis brazos pueden tensar el arco de bronce.

  • Salmo 18:35

    Me has dado el escudo de tu salvación; tu mano derecha me ha sustentado, y tu condescendencia me ha engrandecido.

  • Salmo 18:36

    Tú has ensanchado mis pasos debajo de mí para que no tiemblen mis tobillos.

  • Salmo 18:37

    Perseguí a mis enemigos y los alcancé; no volví sino hasta acabarlos.

  • Salmo 18:38

    Los golpeé, y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies.

  • Salmo 18:39

    Me ceñiste de poder para la batalla; doblegaste a mis enemigos debajo de mí.

  • Salmo 18:40

    Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas, y destruí a los que me aborrecían.

  • Salmo 18:41

    Clamaron pero no hubo quien los salvara. Clamaron al SEÑOR pero él no les respondió.

  • Salmo 18:42

    Los desmenucé como polvo ante el viento; los deshice como lodo de la calle.

  • Salmo 18:43

    Tú me libraste de las contiendas del pueblo y me pusiste como jefe de las naciones. Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.

  • Salmo 18:44

    Apenas oían de mí, me rendían obediencia. Los hijos de los extranjeros me adulaban.

  • Salmo 18:45

    Los hijos de los extranjeros se desvanecían y salían temblando de sus escondrijos.

  • Salmo 18:46

    ¡Viva el SEÑOR! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado el Dios de mi salvación,

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