- 
                
                
Escucha, oh SEÑOR, mi voz con que clamo a ti. Ten misericordia de mí y respóndeme.
             
                    - 
                
                
Mi corazón ha dicho: “Busquen su rostro”. ¡Tu rostro buscaré, oh SEÑOR!
             
                    - 
                
                
No escondas de mí tu rostro; no apartes con ira a tu siervo. Tú has sido mi ayuda; no me dejes ni me desampares, oh Dios de mi salvación.
             
                    - 
                
                
Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, el SEÑOR me recogerá.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad