• Salmo 28:6

    Bendito sea el SEÑOR, que oyó la voz de mis ruegos.

  • Salmo 28:7

    El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.

  • Salmo 28:8

    El SEÑOR es la fuerza de su pueblo, la fortaleza de salvación para su ungido.

  • Salmo 28:9

    Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; pastoréalos y enaltécelos para siempre.

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