• Salmo 31:15

    en tus manos están mis tiempos”. Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.

  • Salmo 31:16

    Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia.

  • Salmo 31:17

    Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado ya que te he invocado. Sean avergonzados los impíos; desciendan en silencio al Seol.

  • Salmo 31:18

    Enmudezcan los labios mentirosos que hablan insolencias contra el justo con soberbia y desprecio.

  • Salmo 31:19

    ¡Cuán grande es la bondad que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian contra los hijos del hombre!

  • Salmo 31:20

    En el refugio de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre. En un tabernáculo los guardarás de las contiendas de la lengua.

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