• Salmo 31:2

    Inclina a mí tu oído; líbrame pronto. Sé tú mi roca fuerte, mi fortaleza para salvarme.

  • Salmo 31:3

    Porque tú eres mi roca y mi fortaleza, por amor de tu nombre me guiarás y me encaminarás.

Continúa después de la publicidad