• Salmo 39:2

    Enmudecí, quedé en silencio; me callé aun respecto de lo bueno, pero mi dolor se agravó.

  • Salmo 39:3

    Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar, y así hablé con mi lengua:

  • Salmo 39:4

    Hazme saber, oh SEÑOR, mi final, y cuál sea la medida de mis días. Sepa yo cuán pasajero soy.

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