• Salmo 42:3

    Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche mientras me dicen todos los días: “¿Dónde está tu Dios?”.

  • Salmo 42:4

    Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí: cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios, con voz de alegría y de acción de gracias de la multitud en fiesta.

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