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                Contra ti, contra ti solo he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos. Seas tú reconocido justo en tu palabra y tenido por puro en tu juicio. 
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                He aquí, en maldad he nacido, y en pecado me concibió mi madre. 
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                He aquí, tú quieres la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 
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                Quita mi pecado con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. 
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                Hazme oír gozo y alegría, y se regocijarán estos huesos que has quebrantado. 
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