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Pero Dios los herirá con sus propias flechas. De repente les sobrevendrán sus heridas.
             
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Los hará caer por la propia lengua de ellos; todos los que los vean moverán la cabeza.
             
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Todos los hombres temerán; anunciarán la obra de Dios y entenderán sus hechos.
             
            
    
    
    
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