- 
                
                
Porque mis enemigos han hablado contra mí, y los que acechan mi vida consultan unidos
             
                    - 
                
                
diciendo: “Dios lo ha abandonado. Persíganlo y captúrenlo, porque no hay quien lo libre”.
             
                    - 
                
                
Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme.
             
                    - 
                
                
Sean avergonzados y desfallezcan los adversarios de mi alma. Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad