• Salmo 84:2

    Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios del SEÑOR. Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.

  • Salmo 84:3

    Hasta el pajarito halla una casa y la golondrina un nido para sí donde poner sus polluelos cerca de tus altares, oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡Rey mío y Dios mío!

  • Salmo 84:4

    ¡Bienaventurados los que habitan en tu casa! Continuamente te alabarán. Selah

  • Salmo 84:5

    ¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas y en cuyo corazón están tus caminos!

  • Salmo 84:6

    Cuando pasan por el valle de lágrimas lo convierten en manantial. También la lluvia temprana lo cubre de bendición.

  • Salmo 84:7

    Irán de poder en poder y verán a Dios en Sion.

  • Salmo 84:8

    Oh SEÑOR Dios de los Ejércitos, oye mi oración. Escucha, oh Dios de Jacob. Selah

  • Salmo 84:9

    Mira, oh Dios, escudo nuestro; pon tu vista en el rostro de tu ungido.

  • Salmo 84:10

    Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que habitar en moradas de impiedad.

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