- 
                
                
Escucha, oh SEÑOR, mi oración; atiende a la voz de mis súplicas.
             
                    - 
                
                
En el día de mi angustia te llamaré porque tú me respondes.
             
                    - 
                
                
Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay nada que iguale tus obras.
             
                    - 
                
                
Vendrán todas las naciones que hiciste y adorarán, oh Señor, delante de ti. Glorificarán tu nombre
             
                    - 
                
                
porque tú eres grande y hacedor de maravillas. ¡Solo tú eres Dios!
             
                    - 
                
                
Enséñame, oh SEÑOR, tu camino, y yo caminaré en tu verdad. Concentra mi corazón para que tema tu nombre.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad