Y estando Abdías en el camino, he aquí, Elías le salió al encuentro; y él lo reconoció, y se postró sobre su rostro, y dijo: ¿Eres tú ese mi señor Elías?

Estando Abdías en el camino... Elías le salió al encuentro. Al considerar imprudente correr sin previo aviso a la presencia de Acab, el profeta solicitó a Abdías que anunciara su regreso a Acab. La comisión, con una delicada alusión a los peligros que ya había enfrentado al asegurar a otros siervos de Dios, fue, en términos muy conmovedores, rechazada, como cruel y peculiarmente peligrosa.

Pero Elías, habiendo disipado todas las aprensiones que albergaba acerca de que el Espíritu se lo llevaría, Abdías se comprometió a transmitir el mensaje del profeta a Acab y solicitar una entrevista. Pero Acab, empeñado en vengarse o impaciente por la aparición de la lluvia, fue él mismo a encontrarse con Elías.

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