¿Comencé entonces a consultar a Dios por él? lejos sea de mí: no impute el rey cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo nada sabía de todo esto, ni menos ni más.

¿Comencé entonces a consultar a Dios por él? La respuesta de Ahimelec da a entender que lo había hecho con frecuencia en ocasiones anteriores, consultando por él como si fuera un empleado del servicio público, y que lo hizo con ocasión de la llegada de David a Nob, sin tener la menor idea de cambio alguno. El pobre sumo sacerdote ingenuo no sabía nada de la disputa familiar existente entre Saúl y David. El informante, si lo supo, nada dijo del artero artificio por el cual David obtuvo la ayuda de Ahimelec. Los hechos miraron en su contra, y todo el sacerdocio junto con él fueron declarados cómplices de conspiración.

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