Y vinieron los hombres de Quiriat-je'arim, y trajeron el arca de Jehová, y la llevaron a la casa de Abinadab en el monte, y santificaron a Eleazar su hijo para que guardase el arca de Jehová.

La llevó a la casa de Abinadab. Es difícil conjeturar por qué no fue transportada de inmediato a Silo, donde permanecían el tabernáculo y los utensilios sagrados.

Santificó a su hijo Eleazar. No era un levita, y por lo tanto sólo fue apartado o designado para ser guardián del lugar.

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