Y ellos le dijeron: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia, y de reprensión, y de blasfemia; porque los niños han llegado a nacer, y no hay fuerzas para dar a luz.

Los niños han llegado al nacimiento, y no hay fuerzas para dar a luz. La imagen es la de una mujer parturienta, cuyas fuerzas se agotan, cuyas potencias se paralizan, en el momento en que necesita realizar un vigoroso esfuerzo. La expresión en la que se transmitió el mensaje al profeta describía, mediante una figura fuerte, la condición desesperada del reino, junto con su propia incapacidad para ayudarse a sí mismos; e insinuaba también la esperanza de que el blasfemo desafío del poder de Yahvé por parte del impío asirio pudiera conducir a alguna interposición directa para la vindicación de su honor y supremacía ante todos los dioses paganos.

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