Quizá oiga el SEÑOR tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey de Asiria su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo; y reprenderá las palabras que oyó Jehová tu Dios; eleva, pues, tu oración por el remanente que ha quedado.

El Dios viviente es una expresión muy significativa, tomada en relación con las deidades sin sentido de las que Rab-saces se jactaba de que no podían resistir los brazos victoriosos de su amo.

Por tanto, es decir, a causa de la blasfemia de Rab-saces.

Eleva tu oración por el remanente que queda (hebreo, encontrado), es decir, por el pueblo de Judá, y especialmente por los habitantes de Jerusalén, puestos en peligro inminente, y que ahora forman solo un pequeño remanente de los escogidos. pueblo en la tierra que les fue dada por "pacto", al cual, aunque desgraciadamente lo habían quebrantado, el rey de Judá y sus súbditos se adhieren fielmente.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad