Y tú, su hijo, Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;

Y tú, su hijo, oh Belsasar, no has humillado tu corazón, aunque sabías todo esto; te has equivocado, no por ignorancia, sino por deliberado desprecio de Dios, a pesar de que tenías ante tus ojos la sorprendente advertencia dada en el caso de tu abuelo. .

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