Que su corazón no se enaltezca sobre sus hermanos, y que no se desvíe del mandamiento, ni a la derecha ni a la izquierda, para que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Para que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos. De esto se desprende que la corona en Israel debía ser hereditaria, a menos que se perdiera por un crimen personal.

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