Y quedaréis pocos en número, mientras que erais como las estrellas del cielo en multitud; porque no obedeciste a la voz de Jehová tu Dios.

Quedaréis pocos en número. A pesar de la numerosa población de la antigua Judea, desde la destrucción de Jerusalén sólo queda un resto insignificante de judíos en esa tierra. Esta disminución tuvo lugar en un período temprano, ya que, según Josefo, 1.100.000 personas murieron por hambre, peste y otras causas, en el momento del asedio, y más de 90.000 fueron llevados cautivos por los romanos. En la posterior guerra de Adriano, 580.000 personas fueron asesinadas y destruidas por diversas causas.

Desde entonces, Palestina ha estado en manos de muchos amos sucesivos; pero todos han sido igualmente hostiles a la raza judía; comparativamente pocos han permanecido en ese país; los que lo hicieron fueron extranjeros en la tierra de sus padres; y de todas las clases de habitantes, son los seres más degradados y miserables, que dependen para su sustento de las contribuciones de Europa.

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