El viento sopla hacia el sur y gira hacia el norte; da vueltas continuamente, y el viento vuelve de nuevo según sus circuitos.

De acuerdo con (en hebreo, sobre) sus circuitos, es decir, vuelve de nuevo a sus circuitos anteriores, por muchos que sean sus virajes anteriores. Los vientos del norte y del sur son los dos vientos predominantes en Palestina y Egipto. Los circuitos de los vientos se convierten aquí en el símbolo de la existencia del hombre, siempre girando en el círculo de la vanidad, e incapaz de avanzar más allá de él. Como yeso y poniente se nos notan al sol, tan al norte como al sur en cuanto al viento.

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