Y que este vestido y este caballo sean entregados en mano de uno de los príncipes más nobles del rey, para que vistan al hombre con el cual el rey desea honrar, y lo lleven a caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él. Así se hará al varón cuya honra desea el rey.

Entregado a la mano de una de las princesas más nobles del rey... arregle al hombre. En ocasiones importantes y públicas, el corcel real es conducido por el súbdito más alto por las calles principales de la ciudad; una ceremonia que puede durar varias horas.

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