Cuando iban, iban sobre sus cuatro costados; y no se volvían cuando iban.

Iban sobre sus cuatro lados. Se movían aquellas caras o lados de las cuatro ruedas que respondían a la dirección en que los querubines deseaban moverse; mientras que los círculos transversales de cada una de las cuatro ruedas compuestas permanecían suspendidos del suelo, para no impedir los movimientos de las otras.

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