Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; escucha, pues, la palabra de mi boca, y adviérteles de mi parte.

Te he puesto por centinela. Sólo Ezequiel entre los profetas es llamado "centinela", no sólo para simpatizar, sino para advertir a tiempo del peligro a su pueblo, cuando no se sospechaba ninguno. Habacuc habla de su "vigilancia", pero era sólo para estar atento a la manifestación del poder de Dios (así); no como Ezequiel, para actuar como centinela de otros.

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