Cuando digo al impío: De cierto morirás; y no le amonestas, ni hablas para advertir al impío de su mal camino, para salvar su vida; el mismo impío morirá por su iniquidad; mas su sangre demandaré de tu mano.

No le adviertes, ni hablas para advertir al impío... hombre. La repetición implica que no basta con advertir una vez al pasar, sino que la advertencia debe ser inculcada continuamente ("Sé instantáneo a tiempo, fuera de tiempo"; "Por espacio de tres años no cesé de advertir a todos noche y día con lágrimas").

Para salvar su vida - aparentemente había quitado toda esperanza de salvación; pero la referencia allí era a la masa de la gente cuyo caso era desesperado; sin embargo, algunos individuos eran reclamables.

El mismo impío morirá por su iniquidad - Los hombres no deben jactarse de que su ignorancia, que debido a la negligencia de sus maestros, los salvará ("Todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán").

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