No a mucha gente de habla extraña y de lengua dura, cuyas palabras no puedes entender. Ciertamente, si te hubiera enviado a ellos, te habrían escuchado.

No a mucha gente. Habría aumentado la dificultad si hubiera sido enviado no solo a una sino a "muchas personas", diferentes en lenguas, de modo que el misionero hubiera tenido que adquirir una nueva lengua para dirigirse a cada uno. Se prefigura la posterior misión de los apóstoles a muchos pueblos, y el don de lenguas para ese fin.

Si te hubiera enviado a ellos, te habrían escuchado

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