Y al pasar por Penuel, salió el sol sobre él, y se detuvo sobre su muslo.

Detenido sobre su muslo. Dado que a Pablo se le dio un aguijón en la carne para humillarlo, para que no se elevara demasiado por las abundantes revelaciones que se le concedían, la cojera de Jacob fue para mantenerlo consciente de esta escena misteriosa, y que fue en gracia condescendencia la victoria se rindió a él. En la mayor de esas victorias espirituales que, por medio de la fe, obtiene cualquiera del pueblo de Dios, siempre hay algo que lo humilla.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad