Ciertamente tú eres nuestro padre, aunque Abraham nos ignore, e Israel no nos reconozca: tú, oh SEÑOR, eres nuestro padre, nuestro redentor; tu nombre es desde la eternidad.

Sin duda tú (eres) nuestro padre, de Israel, por derecho, no meramente de creación, sino también de elección de adopción.

Aunque Abraham nos ignore, e Israel no nos reconozca. Había sido la tentación acosadora de los judíos descansar en el mero privilegio de su descendencia de los fieles Abraham y Jacob; ahora por fin renuncian a esto, para confiar en Dios sólo como su Padre, a pesar de todas las apariencias en contrario.

Aunque Abraham, nuestro padre terrenal, de quien nos hemos enorgullecido, nos repudie, tú no. Isaac no se menciona, porque no toda su posteridad fue admitida en el pacto, mientras que toda la de Jacob sí lo fue; Se especifica a Abraham, porque fue el primer padre de la raza judía.

Tu nombre (es) desde la eternidad, un argumento por el cual Él debería ayudarlos; es decir, debido a su eterna inmutabilidad.

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